Estajanovismo en la Big Apple
Derek Fisher siempre tuvo un plan, y ahora cuenta con capital humano de la suficiente calidad baloncestística para comenzar a llevarlo a cabo. El engranaje ofensivo de estos Knicks, con el Triángulo Ofensivo alternándose con situaciones de aclarados puntuales, permite a los actores sentirse más partícipes del juego, interviniendo activamente en su flujo. El equipo no destaca en el reparto de asistencias (apenas 20 por noche, 23ºs de la competición), pero los pases intermedios se suceden, y la mayor parte de la tropa entra en contacto repetidas veces con la pelota naranja. Volvemos al fantástico podcast de Zach Lowe (ya citado en la última entrada), con Robin Lopez declarando sentirse mucho más partícipe del juego que en su etapa en Portland, para reforzar ese concepto.
El novato Porzingis continúa capitalizando buena parte de las ilusiones de la Gran Manzana. Su versatilidad (un 2.21 capaz de maniobrar con una facilidad surrealista para su altura y envergadura), rango de tiro (38 triples ha convertido ya en 39 partidos, situándose tercero en la particular lista de triplistas NBA de más de 7'2 pies- pisando los talones a Manute Bol y con los 136 de Sabonis a tiro de una carrera que no ha hecho más que comenzar) y solvencia defensiva (2 tapones por partido, y mejorando conceptualmente en esa fase del juego a un ritmo de vértigo) han enamorado al Madison, pero hoy pretendo centrarme en el que es el gran divo del proyecto. Porque Carmelo Anthony se ha alineado con el mantra coral promulgado por Fisher, y se muestra cada vez más involucrado en el proyecto por iniciativa propia. La estrella ha abrazado el estajanovismo.
Tirador de 7 pies. Fuente: usatoday.com
Anthony ha liderado (o compartido dicho liderazgo con otro compañero) al equipo en asistencias en 16 de los 37 partidos disputados hasta la fecha, por las 6 en las 40 citas en las que tomó parte el curso pasado. Y, por si este llamativo dato no fuera suficiente, su propia evolución estadística durante el transcurrir de esta misma campaña clarificará aún más la situación: Melo repartió 3 pases letales de media en noviembre, 4.1 en diciembre, y 5 en los duelos celebrados en enero. Es común ver al estelar alero renunciar a lanzamientos para buscar a sus compañeros en situaciones beneficiosas para ellos (Afflalo al poste bajo, Porzingis o Calderón abiertos...), lo cual denota fe en el proyecto y madurez deportiva.
Melo, en su perfil más generoso. Fuente: jsonline.com
Y Melo confía en el plan de Fisher y Jackson porque confía en sus compañeros, sobre todo en los 3 profesionales que le acompañan junto al ilusionante novato en el quinteto titular. Robin Lopez encarna el perfil de jugador de equipo por autonomasia, que sacrifica sin dudar las estadísticas propias en favor del éxito grupal: especialista en los bloqueos (tanto en ataque como a la hora de asegurar el rebote en aro propio para un compañero), valioso en defensa y solvente si se acude a él para anotar (buen juego de pies y eficiente en su peculiar gancho con ambas manos). En Afflalo los Knicks han encontrado lo que buscaban, más allá de las rachas de acierto en el tiro por las que atraviesa el ex de Blazers y Nuggets: un escolta capaz de descargar de responsabilidades anotadoras al líder, muy peligroso operando desde el poste bajo y solvente en fase defensiva.
En el tercero de los acompañantes se focalizan muchos de los debates de aficionados y prensa especializada en la capital del mundo. Es fácil señalar hacia el puesto de base a la hora de diagnosticar la mayor debilidad estructural de estos Knicks, siendo el extremeño José Manuel Calderón la diana de dichas suspicacias. Base veterano y débil defensivamente hablando (lo ha sido durante toda su carrera), desde aquí me gustaría unirme al coach Fisher y romper una lanza en favor de Calde. El conocimiento del juego del de Villanueva de la Serena ayuda y mucho a la hora de aportar serenidad y fluidez a los ataques del equipo, y la confianza recuperada en sus lanzamientos le convierte en amenaza puntual para solventar los dobles marcajes que Anthony y Afflalo suelen sufrir durante los partidos. En esta fase de la construcción de un proyecto, Calderón es un activo altamente interesante.
Calde, garantía al timón. Fuente: nba.com
La senda de los Knicks hacia una identidad reconocible y competitiva continúa, y nosotros seguiremos aquí para vivirla.
Informe Knickerbocker
El curso prosigue, con sensaciones radicalmente opuestas a las del infame ejercicio 14/15. El 50% victorias-derrotas parece ser el tope competitivo de estos Knicks, que se desploman sistemáticamente al alcanzarlo. Pero es cierto que, salvo contadas excepciones (como las visitas a Atlanta o Utah), el equipo da la cara en la mayor parte de las citas, para acabar muriendo en la orilla del último cuarto en muchas de ellas. El propósito de este pequeño update es fijar el foco sobre las debilidades y fortalezas principales de los Knickerbockers del Triángulo Zen, versión 2.0.
Y, si hablamos de aspectos críticos a mejorar, el ataque es el más llamativo. Derek Fisher prosigue con la implementación de un sistema complejo y rico en posibilidades como el Triángulo Ofensivo ideado por el maestro Tex Winters. Y, en sus primeras fases, el que fuera base de los Lakers de Phil Jackson pide a sus hombres que centren sus esfuerzos en la ejecución. Así lo decía Robin Lopez en el ultra-recomendable podcast de Zach Lowe en ESPN, y ello explica el que los Knicks sean el peor equipo de la NBA en puntos generados desde transiciones rápidas (apenas 8.2 por noche), así como el que menos penetra a canasta de la competición. Pero aquí no acaban los problemas de la tropa de "el reflexivo" Fisher...
Para ser un jump shooting team (apenas Derrick Williams y Jerian Grant suelen aventurarse a atacar el aro con fiereza, descontrolada en ocasiones), el nivel de acierto del equipo es muy mejorable. Ese 47.4% en tiros de campo es el 23er registro de la NBA, lastrado sin duda por el 42.5% que presenta Carmelo Anthony, el capo ofensivo. Y de nuevo encontramos un déficit a la hora de producir puntos desde la línea de tres (21.8 por partidos, con únicamente 6 equipos por debajo en la competición), claro recoveco estructural del sistema del Triángulo. Una posible herramienta para dinamizar la ofensiva bien podría ser la de otorgar más minutos en cancha a quintetos con Anthony en el puesto de power forward y Porzingis o Robin como centers, además de explotar en mayor medida ese pick&roll entre Melo y Kristaps que tantos dolores de cabeza es capaz de generar.
Pero no todos son malas noticias en la Big Apple, y en el engranaje defensivo habitan buena parte de las buenas. Los Knickerbockers son la mejor defensa de la línea de 3 puntos de toda la NBA (permitiendo a sus rivales apenas un 30.6% de acierto, con los imparables Golden State Warriors muy cerca en esta peculiar clasificación), rasgo distintivo de enorme importancia en el nuevo baloncesto del pace & space y que les coloca como el 4º mejor equipo si hablamos de porcentaje de tiro efectivo provocado en los rivales de turno (47.2%). Además, la presencia de la pareja de 7 pies patrullando la pintura (Lopez & Porzingis) ayuda mucho, tanto a la hora de asegurar el rebote (53.3 capturas por partido, 8º mejor guarismo de la competición) como a la de proteger el aro propio (5.6 tapones cada noche).
Dos gigantes vigilan la zona de los Knicks. Fuente:nba.com
Toca seguir de cerca las evoluciones de un equipo (14 victorias y 18 derrotas a cierre de líneas) que ha reactivado la ilusiones de todos los que formamos parte de su irredenta tropa de fanáticos, en el entorno de la Conferencia Este más competitiva de los últimos tiempos.
Orgullo de vuelta
La esperanza, surgida de la fe comedida en un proyecto con el que identificarse, comienza a introducirse en las venas de los fans de los New York Knicks. Tras dos años trufados de decepciones (o de la vergüenza más pura y bochornosa, si nos centramos en el último curso) y un sobrio mercado veraniego, por fin vemos un equipo digno sobre la cancha, profesional y competitivo. Dejando de lado el partido de anoche en Miami, con ese banquillo que tantas alegrías nos venía dando haciendo mutis por el foro, los Knicks han luchado noche tras noche en un durísimo inicio de temporada, con victorias de prestigio en Milwaukee, Washington, Toronto, Oklahoma y Houston. El róster, mucho más sólido gracias a la llegada de veteranos como López o Afflalo, asimila una ofensiva triangular salpicada por aclarados puntuales para Carmelo Anthony. Incluso la gran estrella se muestra cada vez más convencida de que la colectividad es el camino para volver a ser relevantes en la Conferencia Este.
Los Knicks tienen un plan, erigido en torno a un ritmo lento (97.9 posesiones por partido, 24ºs de la NBA) pero reflexivo y coral. Hasta 4 jugadores promedian dobles dígitos en anotación, con López y Calderón además en 8 y 7 puntos por noche respectivamente. El extremeño ha recuperado ritmo y con él su fiabilidad en el tiro (50% en lanzamientos de campo y 47% en triples en noviembre, superando la mala racha de los primeros partidos de la campaña), además de aportar madurez y sobriedad al timón. Afflalo es el segundo espada que descarga a Melo de responsabilidad anotadora, capaz de jugarse balones calientes en los minutos decisivos mientras ayuda también en fase defensiva. Todo ello permite a Anthony recuperar su mejor forma y tacto ofensivo con calma, sabedor de que este año tiene a su alrededor compañeros en los que confiar a la hora de repartir responsabilidades. Y el más sorprendente de todos ellos es un novato de dibujos animados, recién aterrizado desde la Liga Endesa...
Kristaps Porzingis es ya uno de los favoritos del Madison, que ha pasado de abuchear su elección durante la noche del draft a corear su impronunciable apellido con la mayor de las pasiones. El gigante letón viene soltando poco a poco su rico arsenal de ataque, mientras intimida desde sus más de 7 pies y carga el rebote ofensivo con un fanatismo admirable. Los 29 puntos y 11 rebotes ante Charlotte (mejor tarjeta de un novato de los Knicks desde Pat Ewing) y los 7 tapones contra Houston (incluyendo un par decisivos a James Harden) son dos de los ilusionantes fogonazos surgidos de la chistera del chaval de 20 años, presente y futuro de la franquicia. Él y Robin son la razón de que el equipo sea el tercero de la NBA que más rechaces captura en aro contrario (12.5 por noche), así como una de las claves de la brutal mejoría defensiva (99.8 puntos encajados por cada 100 posesiones, por los 106.2 del curso pasado).
El cazador, cazado. Fuente: nba.com
Añadamos al cóctel el banquillo, liderado por Galloway (letal desde su 40% de acierto desde la línea de 3) y en el que cada día asume protagonismo un integrante sorpresa (Williams, Seraphin, O´Quinn, el novato Grant...), y obtendremos una tropa seria, orgullosa y competitiva hasta el tuétano, en la que cada día tiene más incidencia un coach también en formación.
Cuando decía que la creciente integración de Carmelo en el engranaje global comienza a ser un hecho, no hablaba por hablar (o escribía por escribir, más bien). Basta fijarse en los detalles del tutelaje en cancha del #7 con el gigante letón, o detenerse en el plan diseñado por Fisher para la victoria arrancada de la guarida de los titubeantes Rockets. El cuerpo técnico subrayó la conveniencia de ser agresivo sobre la defensa de Harden, para desgastar al alfa y omega del ataque de los tejanos. Resultado: Afflalo acumuló hasta 18 lanzamientos durante el partido, por los 10 de Melo.
Nunca abandonamos a nuestros Knicks, pero ahora, después de demasiado tiempo, podemos decir además que estamos orgullosos de ellos.
El año que vivimos vergonzosamente
17 victorias y 65 derrotas, los peores guarismos de la historia de la franquicia. 99.9 puntos anotados por cada 100 posesiones, la media más baja en 16 temporadas. Jason Smith (82 partidos), Shane Larkin (76) y Quincy Acy (68) como los hombres que más veces se vistieron de corto...
El curso 2014/15 descansa ya grabado a fuego en el libro de agravios de las eras más oscuras del histórico equipo neoyorquino. Phil Jackson habló de reconstrucción total en su desembarco en los despachos como responsable máximo de la planificación, pero las decisiones tomadas salen y entran del discurso inicial, poniendo en peligro su integridad. Confiar en un entrenador novato (Derek Fisher), liberar toda la masa salarial posible y convertir la campaña en un desfile constante de jugadores desconocidos (obteniendo como botín un récord deplorable) si parecen ir en consonancia. Renovar nada más llegar a Carmelo Anthony, comprometiendo 124 millones de dólares (por 5 temporadas) en un jugador de talento indudable, pero que podría no encajar en el sistema de juego que coach y GM están decididos a implantar (el famoso triángulo ofensivo), admite discusiones.

Estampa clásica de las gradas del Madison durante el curso pasado. Fuente: bleacherreport.com
Y, tras arrastrarse de forma vergonzosa por las canchas de todo Estados Unidos (y Canadá) para que las bolitas respondieran con una discreta cuarta elección de cara al nuevo draft, llegó la ceremonia de elección de jóvenes talentos. Phil Jackson buscaba un tipo alto que estuviera disponible aún en esa cuarta plaza, y unos vídeos de partidos llegados desde la misteriosa liga ACB acabaron por decantar su decisión: Kristaps Porzingis sería el novato agasajado con el pick más alto de la franquicia desde Patrick Ewing. El Zen Master dijo ver en el chaval letón una combinación interesante de altura, rango de tiro y basketball IQ, para luego matizar con un "Como ocurrió con Shawn Bradley [...] podría ser demasiado alto para el juego". Veleta espiritual...
El otro novato, en el que residen las ilusiones de una hinchada privada de jóvenes talentos gracias al desprecio por el draft del que siempre ha hecho gala el Sr Dolan, llegó vía traspaso en esos mismos días: Jerian Grant aterrizaba desde Atlanta, mientras Tim Hardaway Jr hacía las maletas rumbo a Georgia. Point guard veloz, solvente en la dirección de juego y con tiro de larga distancia, Jackson espera que el rookie compita desde ya por minutos con Langston Galloway. Y Grant aspira a estar a la altura de las circunstancias.

La gran oportunidad de Grant. Fuente: sportsworldreport.com
Completado el draft con la elección de Willy Hernángomez (en el que el tío Phil ve "una versión más fuerte de Scola", considerando un servidor el juego de pies de nuestro compatriota a eones del de Luis), la pesca en el mercado de agentes libres se maquilló a última hora. Tras sonados fracasos en los cortejos a Aldridge, Marc Gasol o DeAndre Jordan, llegan al equipo Afflalo y Robin López como fichajes más destacados. Y, acompañando a estos dos buenos jugadores de equipo (con especial devoción en mi caso por Robin, gran defensor y center con coraje y conocimiento del juego), novedades como Seraphin, Derrick Williams o un Sasha Vujacic que parece ya de vuelta de todo.
Tomadas también decisiones sobre los expiring contracts (Louis Amundson y Lance Thomas se ganaron un puesto en el róster, a ojos de Jackson y de Fisher), pocas previsiones sitúan a los Knicks peleando por un puesto en los playoffs de la débil Conferencia Este. Desde aquí, únicamente desear que el año que vivimos vergonzosamente no pase al plural...
Feed The Porzingis
Los aficionados de los Knicks somos sufridores por naturaleza, lo llevamos en nuestro ADN. Servidor no vivío aquellos dos anillos solitarios de los años 70, recuerda con cariño la competitiva escuadra noventera de Pat Riley, y gozó con pasión desmedida de la memorable aventura que llevó al equipo de Van Gundy desde el octavo puesto de la conferencia este hasta las finales de la NBA en aquella primera temporada del lock-out. Excepciones dentro de una trayectoria que incluye etapas tan negras como el paso de Isiah Thomas (tanto por el banquillo como por los despachos) o el bochornoso curso anterior, con el peor récord de la historia de la franquicia (17 míseras victorias).
Los mejores agentes libres del mercado se resistieron a los encantos de Phil Jackson y, aunque se han efectuado contrataciones interesantes (Afflalo, Robin Lopez), el futuro del equipo sigue ligado a Carmelo Anthony (sobre todo a su estilo de juego). Con todo, la Summer League de Las Vegas ha devuelto la ilusión a una parroquia necesitada de acicates: el Nº4 del draft, Kristaps Porzingis, capitaliza el debate veraniego en la Big Apple.
Derek Fisher monitoriza tantos los minutos como el protagonismo en ellos del chaval letón, pero el ex de Baloncesto Sevilla comienza a mostrar sus poderes. Especialmente significativa (para tratarse de la Liga de Verano, no nos volvamos locos...) resultó su actuación ante Jahlil Okafor, el nº 3 del último draft. A falta de poderío físico, Porzingis tiró de versatilidad para defender con gran solvencia el arsenal al poste bajo del ex de Duke, llegando a colocar 3 tapones colosales. Fisher y Jackson intentan proteger al chico, pero incrementar su responsabilidad ofensiva no es más que asumir el flujo natural de los acontecimientos (10 tiros de campo en 24 minutos de juego ante los Warriors).

Kristaps patrulla la zona. Fuente: nba.com
Tanto de forma literal (para solucionar su falta de peso) como metafóricamente (dándole más balones en fase ofensiva), el grito de la parroquia Knickerbocker es unánime: feed The Porzingis!!!!!
Regreso al pasado: los playoffs del año 2000. 2ª Parte
Tras una despiadada eliminatoria ante los Heat, Van Gundy y sus Knicks alcanzaban la final de conferencia por segundo año consecutivo. En el penúltimo escalón aguardaban los Indiana Pacers de Larry Bird, tras confirmar en los playoffs una excelente liga regular (56 victorias, 101.3 puntos anotados por noche) que les otorgaba la ventaja de campo en la serie.
El duelo inaugural en el nuevo y flamante Conseco Fieldhouse no tuvo mucha historia. Agotados mental y físicamente tras la virulenta batalla de desgaste frente a los de Pat Riley, los Knicks se vieron 17 - 35 abajo al final de primer cuarto. La furibunda reacción de los segundos 12 minutos (31-17 el parcial a favor de los neoyorquinos) no tendría continuidad en la segunda parte, con Dale Davis dominando ambas zonas para los locales (16 rebotes totales) y Austin Croshere haciendo daño desde la línea de 3 puntos (22 puntos, 4/5 triples). Un Miller algo errático en ataque (8/20 en tiros de campo) completaría sin embargo un destacado trabajo en defensa sobre Houston, quedando Sprewell e Ewing (21 puntos + 8 rebotes) muy solos en la aventura de profanar el feudo de los sólidos Pacers. 88-102 el resultado final.
La historia cambiaría en el segundo partido, con la tropa de Van Gundy arrastrando a Indiana hasta ese fango de defensa agresiva y marcadores bajos en el que tan cómodos se encontraban. La lesión de Ewing (3ª vez consecutiva que el pívot caía ante los Pacers en playoffs) permitió al holandés Rick Smits dominar a su antojo el cuarto decisivo (10 puntos de sus 12 llegaron en ese periodo) y Dale Davis repitió el gran trabajo bajo los aros del duelo inaugural (otros 16 rebotes). La resistencia visitante, liderada por los 25 puntos de Larry Johnson, acabaría con el mate de Jalen Rose tras asistencia de Davis a menos de 3 segundos para el final. 84-88, 2-0 a favor de los Pacers.
Ewing vs Davis, guerra en la pintura. Fuente: nba.com
Otra vez los Bockers al borde del precipicio, menguados por los problemas físicos y necesitados de aire para volver a la vida en la eliminatoria. Otra vez el orgullo característico del equipo, solventando la situación crítica.
Las lesiones de Ewing y Camby dejaban a los locales sin pívots para el estreno de la serie en el Madison Square Garden, pero el genial partido de Sprewell y Houston (60 puntos anotados entre ambos, 24/44 combinado en tiros de campo) pesaría más que el brutal último cuarto de un estelar Jalen Rose (22 puntos de alero en esos últimos 12 minutos) y el buen partido de Smits (25 totales, dominando la primera parte para bajar el pistón en la segunda) y Davis (16 rebotes capturados por tercer partido consecutivo, apoteósica exhibición). Victoria 95-98 para los Knicks.
El más difícil todavía llegaría en el segundo partido jugado en la Capital del Mundo. De nuevo sin Ewing y con Camby forzando al límite su recuperación para tomar parte en la batalla, los problemas de Sprewell en un dedo el pie y de Johnson (dolores crónicos de espalda) no impedirían a los locales irse al descanso con un 57-40 a favor, ante la incredulidad de Larry Bird y el éxtasis de su entregado público. La reacción de Indiana en la segunda mitad, capitaneada por Reggie Miller (24 puntos para The Killer), nos dejó un partido igualado en los instantes finales. Con los visitantes 91-88 arriba a 12 segundos para la conclusión, Larry Johnson devolvía el control a los Knicks con un polémico 3+1 que pasó a la historia de los playoffs. Entre las protestas de los Pacers, el gesto de la L de "Grandmama" sellaba la victoria y la igualada de los locales. 91-92, 2-2 en la eliminatoria.
Johnson celebra con el gesto de la "L" su mítica 4 Point Play. Fuente: untahleticmag.com
El espectáculo volvía al Conseco Fieldhouse, con los neoyorquinos más vivos que nunca y aterrorizando la personal con un brutal 32-17 a favor en el cuarto inaugural. Pero, tras tan espectacular arranque, el ataque de los visitantes se disolvería cual azucarillo para encajar un terrible 8-25 en contra durante el segundo cuarto. Con Ewing de vuelta pero lejos de su mejor nivel, el mal partido de Sprewell (4/14 en tiros) y Johnson (2/8) condenaría a los Knicks. La carga en solitario de Houston no sería suficiente ante el buen trabajo coral del quinteto de Bird y el fantástico partido de Travis Best, autor de 24 puntos desde el banquillo. 79-88 en el electrónico al término de los 48 minutos.
Otra vez match ball en el Garden, con el temor al jugador más odiado del mítico pabellón flotando en el ambiente. Reggie Miller llegaba a su cancha favorita dispuesto a exhibirse de nuevo, con todos los focos sobre él, y su último cuarto pasaría a engrosar con letras de oro su glosario particular de hazañas en los playoffs. 17 puntos en los últimos 12 minutos (de los 34 totales). 4 dagas de 3 puntos en los últimos 6, directas al corazón de los locales. La tormenta desencadenada por Miller se llevaría por delante el buen trabajo de Sprewell (32 puntos) y de Ewing (18 + 12 rebotes), con Houston claramente superado esta vez por su rival en la posición de escolta. Derrota 93-80. Los Guerreros de la Gran Manzana se ahogaban en la orilla, incapaces de culminar el sueño de repetir presencia en las finales.
The Killer sentencia a los Knicks en el sexto partido. Fuente nba.com
Regreso al pasado: los playoffs del año 2000. 1ª Parte
Los Knicks de finales del SXX- inicios del XXI eran un equipo agresivo, muy irregular en ataque pero altamente competitivo. Bajo el mando de Jeff Van Gundy y liderados por el dúo exterior Houston-Sprewell, los Bockers volvían a los playoffs del año 2000 tras llegar contra todo pronóstico racional a la final de la NBA el año anterior (y caer ante unos San Antonio Spurs tremendamente superiores). Los Raptors (con Vince Carter quemando las primeras etapas de su rutilante carrera) no fueron rival en primera ronda, todo lo contrario que la némesis de South Beach en la segunda.
La electricidad invadía el pabellón cuando Knicks y Heat se enfrentaban en aquellos tiempos. Van Gundy (antiguo ayudante de Mr Gomina) y Riley enviaban a sus tropas a la guerra, y los partidos se convertían en un ejemplo radicalizado del clásico basket del este. Marcadores muy bajos, defensas extenuantes y siempre al límite del reglamento, héroes que decidían duelos igualados... el antiguo gurú del Showtime californiano replicó su modelo áspero e irreductible de la Gran Manzana en Florida, bajo la sombra de Mourning en la pintura y con Tim Hardaway desatascando ataques gracias a su talento.

Las montoneras y los líos, tónica general en aquellas series Knicks - Heat. Fuente: nba.com
El tiro ganador de Allan Houston en el 5º partido de la ronda inaugural de 1999 se mantenía fresco en la memoria de los dos equipos, y los neoyorquinos llegaban de nuevo con ventaja de campo en contra. Ya desde el inicio la serie se presentaría como no apta para cardíacos: el poderío de un acertado Alonzo Mourning (26 puntos, incluidos los 8 últimos de su equipo y 2 canastas decisivas en el último minuto) y la ayuda de Jamal Mashburn (21 puntos) valían a Miami para imponerse 83-87, pese al esfuerzo combinado de Ewing (17 puntos + 9 rebotes) y Houston (21 puntos). Los dos centers repetirían duelo en la segunda cita, pero esta vez saltaría a la palestra el primer invitado sorpresa de la emocionante eliminatoria. Dentro de un destacado trabajo coral (brutal si hablamos del lado defensivo), sería Charlie Ward (13 puntos) el líder anotador junto a Pat de unos Knicks con los puntos muy repartidos. El pésimo porcentaje de acierto de los locales (34% en tiros de campo, entre el hostigamiento rival y los errores incomprensibles propios) hacía volar la ventaja de campo rumbo a la capital del mundo. 82-76 final en el electrónico, anulando tanto el impacto de los 17 puntos + 17 rebotes de Mourning como el intento de remontada final, ante los 18 puntos de renta con los que llegaron a contar los invasores en el último cuarto.
Pero si sorprendente había sido el paso adelante del criticadísimo (y ciertamente limitado) Ward en el segundo, de locura podría calificarse el desenlace del tercero (1º en el Madison Square Garden). La canasta de un desacertado Ewing a 2.4 segundos del final de un infame 4º periodo (13-12 el parcial en esos 12 minutos postreros) mandaba el partido a la prórroga .Una vez allí, y a la sombra de los dos gólems interiores (23 puntos + 9 rebotes Mourning, 14 puntos + 12 rebotes P.J Brown), sería el playmaker (reserva y novato) Anthony Carter quien daría la victoria a Miami con un nada académico lanzamiento desde detrás del tablero. 77-76, ventaja de campo recuperada a las primeras de cambio.
Tras la inesperada derrota, los Knicks se encontraban ante la necesidad de ganar si querían mantener sus opciones en la serie. Y no serían ni su pareja estelar en las alas (12/31 combinado en tiros de campo para Houston y Sprewell) ni su veterano center (4/12 para Ewing) los que acudiría a la llamada de socorro de Gotham. De nuevo Charlie Ward desempolvaría el disfraz de Batman para liderar a los locales con 20 puntos, 7 rebotes y 3 robos de balón. El arreón final del base (autor de los 9 últimos puntos de su equipo) resultó demasiado para un Mourning superado por el ruido del Garden (27 puntos totales, pero 4 tiros libres fallados en el último minuto del partido). 83-91 el marcador definitivo.
Van Gundy y Ward dialogan en plena locura. Fuente: espn.go.com
La serie volvía a Miami convertida ya en un carrusel de pasiones desatadas, con los contrincantes al borde del ataque de nervios en cada posesión. Lo que parecía un partido cómodo para los locales se convirtió en otro ejercicio de funambulismo, merced a la furibunda remontada de unos Knicks inasequibles al desaliento. Los de Van Gundy reducían a cenizas 9 puntos de desventaja en el último cuarto, antes de asistir al violento despertar de Dan Majerle. 2 triplazos de "Thunder Dan" (veterano alejado de los focos en los últimos años de su carrera) y otro de Bruce Bowen mandaban a la lona a los neoyorquinos (81-87 final), con la irrupción del ex de los Suns eclipsando el impactante duelo previo entre Mashburn (21 puntos) y Sprewell (24). De nuevo los Knicks contra las cuerdas, de nuevo el orgullo del equipo puesto a prueba.
El sexto partido en el Madison se abría con todos los ingredientes necesarios para cocinar una buena pesadilla. Bloqueados en ataque (30 puntos anotados en los primeros 24 minutos) e incapaces de frenar el del rival (45 para Miami en ese mismo intervalo), los de Van Gundy llegarían a manejar desventajas de 18 puntos hasta reactivarse desde su defensa en el tercer cuarto. A 25 tantos quedaría reducida la producción de los Heat en la segunda parte, sin nada que llevarse a la boca en los 2 minutos y 20 segundos finales. El mate de Ewing a 1:58 sería la última canasta en juego del duelo, y los tiros libres de Allan Houston (21 puntos totales) confirmarían la remontada y la victoria local. 70-72, el séptimo y definitivo estaba servido.
Ambiente eléctrico en Miami, con las deudas del pasado reciente y las acumuladas en los últimos días a flor de piel. En una batalla tremendamente igualada, de nuevo sería un invitado sorpresa el encargado de desnivelar la contienda. Entre el duelo de pívots (29 puntos + 13 rebotes Mourning, 20 + 10 Ewing) y un fantástico arranque de Sprewell (20 de sus 24 puntos totales logrados en la primera parte), emergería Chris Childs, para anotar 10 puntos consecutivos en el último cuarto que dieron alas a los visitantes. Weatherspoon dispondría del tiro para dar réplica a la última canasta en juego de Ewing y apalabrar la victoria a Miami, pero su error certificaría el agónico pase de unos Knicks resucitados tras verse 3-2 abajo.
Ewing vs Mourning: lucha de gigantes. Fuente. espn.go.com
Tras una eliminatoria para la historia, New York volvía a la final de la conferencia este por segundo año consecutivo.
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Aquellos maravillosos meses
Sociedad letal, y pasajera. Fuente: i.cdn.turner.com
Verano de 2010. Tras una eterna travesía por el desierto (9 años consecutivos con récords inferiores al 50% victorias-derrotas, con el suelo de los 23 triunfos registrados en los cursos 2005/06 y 2007/08, en lo más tenebroso de la delirante era Isiah Thomas), llegaba al fin el fastuoso mercado de agentes libres que los Knicks llevaban tantos años aguardando. La decepción ante el resultado de los cortejos a los grandes divos (Lebron James a la cabeza, Wade y Bosh completando el podio de preferencias) queda mitigada el 1 de julio, momento en el que Amar´e Stoudemire pronunciaba aquellas famosas palabras posteriores a la firma del contrato de los 100 millones de dólares. "The Knicks are back".
Aquel STAT, en los estertores de su pujanza física, enamoró al público de un Madison ávido de ilusión. D´Antoni (viejo conocido de sus mejores tiempos en Arizona) edificó un ecosistema en el que el ala-pívot de Florida se sintiera lo más cómodo posible. Líder y martillo ejecutor en la pista, imagen de la franquicia fuera de ella. Su sociedad con un Felton al mejor nivel de su carrera devolvió a los Knicks a la primera plana de la NBA, un equipo refrescante, ofensivo y en evolución. La sociedad entre el pequeño base y el devastador power forward trajo aquella inolvidable racha de 8 victorias consecutivas en la carretera, con Amar´e encadenando 9 partidos con 30/+ puntos en su casillero personal. Aunque un vistazo al récord anterior a la llegada de Carmelo Anthony (28V-26D) cubra con un barniz de realismo aquellos 4 meses de tan grato recuerdo, lo cierto es que Nolan irrumpió como un elefante en una cacharrería al primer aviso de problemas (normal en un equipo nuevo, en construcción), desmoronando todo lo hecho en lugar de dedicar unos instantes a la reflexión y a un necesario asesoramiento. James en estado puro.
La salida de Felton, Chandler, Gallinari y Mozgov supuso el principio del fin para STAT. Los Knicks ya no volverían a ser su equipo, con Carmelo señalado por la propiedad como el nuevo macho alfa de la manada, y los problemas físicos (espalda + rodilla) volverían para hacer el resto.
Con el buyout consumado esta semana, los recuerdos asaltaron al instante la mente del que escribe. Recuerdos de aquellos maravillosos meses de lo que pudo ser, y no fue...
Sin novedad en el frente. Las derrotas siguen acumulándose en el fardo de los Knicks de Derek Fisher, que enarbola la bandera de la paciencia y del aprendizaje necesario. Pero las debilidades estructurales del róster, con proliferación de jugadores nada sobrados de talento, se traduce en una falta de capacidad letal a la hora de cerrar partidos igualados. Cuando los duelos están en el alero, los Knickerbockers salen siempre escaldados: el clutch time es horror time para los Knicks.
Frustración en la Big Apple. Fuente: nypost.com
2 victorias en los últimos 19 choques (8 derrotas consecutivas), 5º peor equipo de la liga en el ratio de eficiencia defensiva (encajando 106.2 puntos por cada 100 posesiones), un ataque ubicado entre los 10 peores de la NBA (100.5 puntos generados por cada 100 posesiones), ausencia fatal de intimidación en la pintura (apenas 3.5 tapones por partido), un engranaje defensivo hilarante a la hora de frenar a los tiradores de 3 puntos rivales... los motivos para la esperanza no abundan si hablamos del corto plazo de la tropa de Fisher, siendo tal vez los últimos fogonazos de lucha y resistencia a la derrota de lo poco salvable. Stoudemire explotó con una declaraciones en las que exigía a sus compañeros esfuerzo e intensidad en la pista, y los Knicks han dispuesto de opciones hasta el final para imponerse en los 4 últimos duelos (ante Brooklyn, Cleveland, Charlotte y Portland). Con todo, entre triples finales errados por Anthony, la bandeja decisiva en el último segundo de Kemba Walker para dar el triunfo a unos desheredados Hornets, y el talento de un interior de culto como LaMarcus Aldridge, el equipo de la Gran Manzana acabaría cayendo en las 4 citas. Resultado: el peor arranque de la historia de la franquicia.
Rebuscando en pos de buenas noticias hallaremos el resurgir de un STAT que predica con el ejemplo (16.6 puntos y 9 rebotes de media en los últimos 6 duelos, con buenos niveles de acierto en los tiros y algún mate que nos devuelve por un instante a aquella bestia de los Phoenix Suns) y que se ha ganado un sitio en el quinteto titular y un incremento de sus minutos. El regreso de Calderón es otra de las buenas nuevas, aunque la regularidad sea una cuenta pendiente y lógica en un jugador que sale de una lesión. El extremeño viene alternando grandes actuaciones (21 puntos y 10 rebotes ante sus ex-compañeros de Dallas o 19 con 7 asistencias frente a los vecinos Nets) con otras en las que pasa directamente desapercibido (4 puntos y 3 pases letales ante los Blazers, 3 y 3 en la cita con los Cavaliers, 3 y 1 en el regreso a las pistas de Westbrook...).
Pelicans (con el monstruo Davis), Spurs, los pujantes Raptors (en dos ocasiones), Mavericks, Bulls y Suns aguardan agazapados, esperando ahondar en la herida supurante del equipo. Únicamente los Celtics parecen abordables a día de hoy dentro del calendario próximo.
Halloween se ha instalado en el Madison.
La alegría es esquiva con Melo. Fuente: nba.com
Fin de curso en la Big Apple

Estrella desesperada. Fuente: cbssports.com

Cabecita loca.... Fuente: ShotScience.tv

STAT concentrado en las musarañas. Y no amigos, no es un fake... Fuente: @THEKNICKSWALL

Francotirador novato. Fuente: zimbio.com
ENTRENADOR:

Tócala otra vez, James. Cualquier cosa con tal de alejarte de las decisiones deportivas... Fuente: tuesdayswithhorry.com
Tras alcanzar de nuevo la 8ª plaza de la conferencia, las derrotas han vuelto al día a día de la tropa de Woodson. Los síntomas de agotamiento de Carmelo Anthony (el tipo que más juega de toda la liga, 38.9 minutos por partido) vienen sucediéndose desde el inicio de la competición (ahí están los bajos porcentajes de acierto de Melo en los últimos cuartos de los partidos, por debajo del 40%), pero la dependencia brutal de su estrella (que viene completando un monumental curso) ha impedido al coach monitorizar debidamente su carga de minutos. De aquellos fangos vienen estos lodos: con el equipo jugándose el billete a la postemporada en un todo o nada contra los erráticos Hawks, en pleno mes de abril, Carmelo ha registrado sus dos actuaciones más flojas de la campaña. 10 puntos (5/14 en tiros de campos) y 9 pérdidas de balón mortales de necesidad (incluyendo la de la última y decisiva posesión) en la derrota 89-90 antes los Washington Wizards; 13 puntos (4/17 en tiros de campo) en la acaecida ante los Miami Heat (91-102). 2 derrotas que, sumadas a la racha inversa registrada por los de Georgia, deja a los Knickerbockers a esa misma distancia de las series por el título. Y sólo restan 4 jornadas para seguir compitiendo... O marcharse de vacaciones anticipadas.
Curiosamente esos partidos han coincidido con el mejor momento de forma de J.R Smith desde que la temporada echara a andar el pasado mes de noviembre. El cañonero tatuado ha desenfundado su revólver cual letal forajido, para actualizar el clásico "Duelo en O.K Corral" y abrumar a sus desafortunados rivales. 24 triples ha convertido Smith en sus últimas 3 actuaciones (con un fantástico 48% de acierto), cifras nunca antes alcanzadas en la historia de la NBA durante ese número de choques consecutivos. Los 10 anotados ante la tropa de King James son además el récord de la franquicia.

J.R is on fire. Fuente: newsday.com
Toronto fuera, Chicago en casa, Brooklyn "fuera" y de nuevo Toronto, esta vez en el Madison. Calendario complejo, siempre contra equipos con plaza de playoff y cruzando los dedos para que la tropa de Mike Budenholzer (3 victorias en los últimos 10 partidos) se deje por el camino la mayor cantidad de los 6 partidos que les restan. Misión casi imposible.
El desafío del Maestro Zen
13 anillos de campeón (2 de ellos como jugador de rol marginal en los Knicks campeones de los 70) legitiman a cualquiera como experto en el noble arte de triunfar. Con todo, en su primera experiencia desde los despachos y a los 68 años de edad (tras 3 apartado de los latidos de una nueva NBA, dominada por el imperio de las estadísticas avanzadas), a Phil Jackson se le presenta un desafío colosal: arreglar ese desaguisado permanente que son los Knicks de James Dolan. Con James Dolan. Trabajo hercúleo (con nómina a la altura, 12 millones de dólares por temporada), dentro del cual es de recibo resaltar 3 dificultades decisivas a corto plazo.


Jackson cambia las playas californianas por la franquicia más estresante del mundo. Fuente: nba.com
Masa salarial
De cara a la temporada 14/15, 3 integrantes del róster Knickerbocker dispondrán de la tan temida player option. Carmelo Anthony saldrá al mercado y no ejercerá la suya por 23.3 millones de dólares, aquí la guerra consistirá en iniciar el cortejo para que permanezca en la Gran Manzana. Amar´e Stoudemire (23.4 millones de $) y Andrea Bargnani (11.5 millones de $) también dispondrán de las suyas, por unos cachés tremendamente desproporcionados teniendo en cuenta lo que aportan actualmente cuando saltan a la pista. Es de esperar por tanto que ambos las ejerzan (siguiendo ese legítimo "I want the money" de Steve Nash), lo cual colocará automáticamente a la franquicia por encima del tope salarial. Maniobrabilidad 0 por aquí.
Draft
La primera ronda de los Knicks para este prometedor draft de 2014 voló rumbo a Denver en el traspaso de Carmelo Anthony (y la segunda a Toronto en el de Bargnani). El menosprecio reiterado de James Dolan hacia la construcción de proyectos a largo plazo le ha llevado a regalar elecciones altas como el que reparte tarjetas de visita (la 1ª de 2016 también llegó envuelta a los Raptors, dentro de la operación para hacerse con el "gigante" transalpino), una pena teniendo en cuenta la capacidad de los rastreadores de talento joven de la organización. Ahí están los casos recientes de Iman Shumpert (17ª elección del draft de 2011) y Tim Hardaway Jr (24ª del de 2013). De nuevo maniobrabilidad cercana a la nulidad.
Dolan
Pese a todo lo leído y escuchado del personaje en primera persona, durante una entrevista en el partido del miércoles ante los Indiana Pacers, es verdaderamente complicado pensar que James Dolan dejará hacer a Jackson en el área deportiva, minorando al máximo sus intervenciones. La Era Dolan en los Knicks se ha caracterizado por una gestión con mano de hierro del presidente y CEO de Cablevision Systems Corporation, adulado por una corte de palmeros sin ganas de aportar puntos de vista diferentes a los del jefe, y poner así en peligro sus puestos de trabajo. La visión cortoplacista y carente de paciencia de Dolan ha llevado a la franquicia a una espiral diabólica de plantillas carísimas, vetustas e ineficientes, hasta el punto de situar a los Knicks en el 5º puesto de las organizaciones con más derrotas acumuladas en el siglo XXI. El paso de Isiah Thomas por la dirección deportiva y por el banquillo resultó ser la cima de un periodo descacharrante para el resto de la liga, desesperante para los fans del equipo.


Brown-Thomas-Dolan: el Triángulo de las Bermudas. Fuente: nydailynews.com
3 piedras colosales en el camino, que pondrán a prueba el influjo y la serenidad de Jacko. De momento toca esperar y ver si la tropa de Woodson salva la temporada con una agónica clasificación para los playoffs, huida hacia ninguna parte para un técnico sentenciado.
Luz en la oscuridad
6 victorias consecutivas, la mejor racha de la temporada justo tras otra infame de 7 derrotas. La debilidad indisimulada de unos Atlanta Hawks asolados por las lesiones (poseedores del último billete para los playoffs) y el enésimo ajuste de un desesperado Woodson (quinteto grande con STAT y Chandler en la zona) han derivado en un último esfuerzo en pos de esa octava plaza de la conferencia este. 114.5 puntos de media en esa sucesión de triunfos, con una evidente mejoría en piezas como J.R Smith (16.3 puntos y 46% de acierto desde la línea de 3 en la racha), Stoudemire (16.6 puntos y 6.6 rebotes), el rookie Hardaway Jr (23.3 puntos de media en los 3 últimos duelos, con extraordinarios niveles de acierto) y Tyson Chandler (dominador absoluto en los rebotes). Carmelo Anthony ha encontrado al fin compañía fiable, veremos si no es demasiado tarde...


Francotirador novato. Fuente: nba.com

El Maestro Zen vuelve a la franquicia en la que ganó sus dos títulos como jugador. Fuente: cbsnewyork.com
The importance of being J.R
26 de abril de 2013. 1ª ronda de los playoffs. Boston. Tras un espectacular final de regular season (con 22 puntos anotados de media en los meses de marzo y abril, saliendo desde el banquillo), Earl J. Smith Jr recibe la pelota naranja en el costado derecho de la pista de los Celtics, casi pisando la línea de 3 puntos. Jason Terry encima al cañonero tatuado y trata de robarle el balón, cometiendo una falta que no merece tal consideración por parte de los árbitros. Este suceso, insignificante en apariencia, sería fatal para el frágil equilibrio químico de la cabecita de J.R. El codazo y la consiguiente expulsión del #8 lo desconectarían tanto del resto de las series por el título como del 90% de lo que llevamos de temporada 2013/2014. Entre alocadas fiestas con Rihanna, operaciones semi clandestinas y eternos coqueteos con la marihuana, las similitudes entre el Mejor Sexto Hombre del año pasado y el actual escolta de los Knickerbockers se limitan a sus tatuajes infinitos.

¿Codazo o génesis?. Fuente: bostonglobe.com
El talento de J.R está fuera de toda duda. Plasticidad, imaginación, mecánica de tiro de enorme limpieza y ejecución fulgurante, gran manejo de balón y talento pasador se cuentan entre las numerosas virtudes que le sitúan en la élite absoluta de la liga, si de capacidad ofensiva hablamos. Su físico explosivo le permite también aportar en fase defensiva, aspecto en el que sus límites están prácticamente inexplorados. Pero la naturaleza errática viene grabada a fuego en el tuétano de sus huesos, y se traslada sin control de su vida fuera de las canchas a su desempeño en las pistas. Smith es impredecible, incluso para sí mismo, y disfruta transitando permanentemente por el precipicio, tanto en la vida como en el baloncesto.
Reflejo de ello es su deficiente selección de tiro, aspecto que comparte (potenciado) con no pocos volume scorers que hemos visto, vemos y veremos en el mundillo NBA. Si añadimos el hecho de asumir un rol desde el banquillo, pocos tiros resultarán malos según el criterio de este anotador voraz. Con todo, la combinación de manejo de balón, velocidad de primer paso y explosividad convierten a Smith en un slasher de primerísimo nivel, por lo que ceñirse a lanzar desde la larga distancia limita mucho su rendimiento. Aquel periodo de la campaña pasada en el que alternó tiros lejanos y penetraciones a canasta mostró al mundo la cúspide del juego de J.R, pero aquel chispazo de lucidez pasó... Y es difícil saber si volverá. Inteligencia (esos fade aways imposibles no van a ningún lado, mejor buscar a un compañero y reiniciar el ataque) y diversificación deberían ser dos pilares desde los que sanear una eficiencia ofensiva por los suelos.
El objetivo último sería evitar episodios como el acaecido en la derrota in extremis frente a los Mavs, con esos alocados tiros de 3 que desquiciaron a Carmelo Anthony, sin olvidar que el Smith excesivamente contenido que vimos en los partidos del mes de enero (sin lanzar prácticamente a canasta) no servirá de nada ni a estos Knicks ni a ningún otro equipo. Equilibrio a fin de cuentas, concepto tabú para un funambulista vital.


Castigo extra escolar para J.R. Fuente: hoopsallday.com
La responsabilidad de la pésima campaña del equipo no recae únicamente en el cañonero tatuado. Cierto es que hay que exigirle un acercamiento al nivel de hace poco más de un año (los actuales 38.7% de acierto en tiros de campo y 60.6% en tiros libres son esperpénticos), pero no menos que a Felton o a Chandler, dos pilares del equipo de las 53 victorias en plena zozobra. La diferencia es que Earl, con sus excentricidades y su difusa noción de profesionalidad, es la antítesis del perfil bajo mediático, y acaba erigido (voluntaria e involuntariamente) en aglutinador total de las desgracias del equipo.


El Head band affaire, última locura del enmascarado. Fuente: thebiglead.com
The importance of being J.R...
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Los números de los Knicks
El errático rumbo de los Knicks sigue su curso, con ilusionantes rachas de victorias seguidas de desesperantes derrotas en cadena, alternando triunfos de prestigio con patinazos como el acaecido en casa de los desheredados Milwaukee Bucks. Valiéndonos de esa excelente herramienta que suponen las estadísticas avanzadas, vamos a encarnarnos en José Mourinho, para bucear en la horrible trayectoria del equipo: ¿por qué?...


Fue bonito mientras duró. Las esperanzas que el ilusionante inicio de 2014 generó entre los aficionados de los Knicks quedan hoy muy lejos, devoradas por el inclemente calendario NBA. El equipo vive en el alambre, conviviendo con las lesiones y la baja forma generalizada de varios de sus puntales. Y, como un mal equilibrista, esta vez ha tocado resbalón y trompazo.


Happy Knick Year!
El año 2014 ha llegado a nuestras vidas, y ha tenido a bien traer de vuelta a los New York Knicks. Las lesiones aprietan (Chandler, Progioni y Udrih siguen de baja) pero no ahogan (el retorno de Ray Felton ha sido una bendición para el equipo), y esta "ultra competitiva" conferencia este otorga segundas e incluso terceras oportunidades a cualquier equipo que quiera aprovecharlas. Continues infinitos.
Los Knicks acumulan un récord de 6 victorias y 1 derrota en 2014. Tras la sorprendente gira tejana de la que hablábamos hace escasas fechas, otras 4 victorias han llegado gracias a una defensa que emite claros síntomas mejoría. Sobreponiéndose a la baja de su pívot y ancla atrás, el equipo ha elevado ostensiblemente su comunicación en la pista, elemento clave dentro de un sistema de cambios automáticos como el de la tropa de Woodson. Shumpert parece otro jugador, con la confianza en su juego de vuelta, y lidera con soltura en fase defensiva con la inestimable colaboración de un Kenyon Martin que es la intensidad hecha veterano. Resultado: 89 puntos de media encajados en una racha de 5 triunfos consecutivos, que incluye el logrado en Dallas.
Pero las buenas noticias no acaban ahí, y tenemos también novedades en el apartado de jugadores rehabilitados para la causa. Amar´e Stoudemire gana peso en el equipo a cada día que pasa, aportando su caudal de producción ofensiva a la segunda unidad. Partidos como el del Madison frente a los Miami Heat (14 puntos y 11 rebotes) o la visita a Philadelphia (21 puntos, con un 8/10 en tiros de campo y algunos mates producto de una explosividad perdida entre incontables operaciones) confirman el gran momento de STAT.


Los Knicks encaraban la siempre áspera gira tejana tras una terrible doble derrota en el back to back frente a los Raptors, sorprendentes líderes de una patética División Atlántica. Equipo hundido moralmente, récord de 9-21 y tres nuevas más que probables decepciones en el horizonte... Cataclismo en ciernes.

Esta no es una revisión del clásico "Be like Mike", así que olvidémonos de homenajes (todos más que merecidos, por otra parte) a Michael Jordan. Estamos en el Mini-Madison, aquí se habla únicamente de los Knicks. Y hay mucho de lo que hablar...


Un equipo desarmado, inestable, lastrado por sus deficiencias estructurales. La lesión de Tyson Chandler ha dinamitado al unísono la defensa y el juego interior de unos Knicks que no cuentan con recambios en la posición de pívot. Andrea Bargnani está respondiendo sorprendentemente bien (su defensa sobre Howard dejó con los ojos como platos al que escribe), pero no es serio pasearse por la liga con el italiano, Martin y Stoudemire como batería interior. Amar´e, derrotado por su físico (y con 45 millones de $ a percibir entre este año y el siguiente), reclamaba hace unos días más minutos e importancia para demostrar que aún es capaz de aportar. Sus delirantes momentos en la cancha, como la no-look defense ante los Pistons, no ayudan desde luego a la causa...

El equipo se muestra incapaz de atacar decentemente (93.7 puntos anotados por choque, 41.9% de acierto en los tiros de campo), y su eficiencia desde el triple (arma fundamental durante el exitoso curso pasado) se ha desplomado. La garra de un Carmelo Anthony que intenta cubrir los problemas reboteadores (9.5 capturas por partido, 3.2 en el aro contrario) tampoco equilibra el asunto. 3 victorias y 8 derrotas, con una gira de 4 partidos fuera de casa a las puertas.
Por si lo relatado fuera poca cosa, la nula fiabilidad del equipo en la pista se traslada a escasa seriedad fuera de ella, y aquí la figura de J.R Smith se lleva siempre la palma. El cañonero tatuado trata de recuperar su mejor forma, tras la sanción de la liga por violar el programa anti-droga durante sus vacaciones estivales. Y hace unos días saltó a la palestra otro asunto que gravita en torno al que fuera mejor sexto hombre de la liga la temporada pasada: los Knicks garantizaban el contrato de su hermano, que ya es parte integral del roster Knickerbocker. 2 millones de $ supondrá a la franquicia un tipo avocado a la D-League.

El decepcionante inicio de los Knicks viene generando todo tipo de debates. El recuerdo de aquel espectacular baloncesto con el que la tropa de Mike Woodson asombró a la liga durante los primeros meses del curso pasado hace pensar en un equipo completamente nuevo, viendo el arranque de temporada actual. Entremos en materia.
Tras analizar las deficiencias estructurales de su plantilla, Mike Woodson (con reputación de entrenador interesado más en el lado defensivo del juego) construyó la campaña pasada un engranaje ofensivo basado en el small ball y la circulación de balón, en busca de posiciones libradas de tiro (además de los aclarados para el 1 vs 1 de Anthony contra el rival de turno). Los Knicks batieron el récord histórico de triples convertidos en una temporada (891, con un buen 37.6% de acierto) y fueron el equipo que más cuidó de la bola (12 pérdidas de balón por partido, con 2 bases en pista la mayor parte del tiempo). Todo ello les llevó a superar sus debilidades defensivas y a llegar a las 54 victorias en regular season, 2º mejor equipo del este tras los intratables Miami Heat.
Hoy los Knicks registran un récord de 1 triunfo por 3 derrotas. El equipo sestea sobremanera durante las primeras partes de los partidos y acaba remontando demasiado tarde (pauta común en los fracasos ante Bulls, Wolves y Bobcats). El baile acaba de empezar y los nuevos (Metta World Peace, Bargnani, Hardaway Jr y Udrih) tienen que irse acoplando, pero el equipo muestra señales preocupantes en dos aspectos que se erigieron en sus señas de identidad hace apenas 12 meses: las pérdidas de balón (casi 17 por partido) y el acierto en los triples (paupérrimo 29.9%). Más allá de los que se marcharon (las bajas de Copeland, Novak y Kidd se pueden considerar bien cubiertas con los recién llegados), una pieza nos parece causa fundamental en el desplome de la tropa de Woodson. Una pieza con el caos como forma de vida.


Fin de curso en la Big Apple
La temporada de los Knicks ha llegado a su fin. Con los integrantes del roster de vacaciones desde la noche del pasado sábado, toca hacer balance colectivo e individual del curso. A continuación, el de esta humilde web...

Un hombre contra una legión. Fuente: nydailynews.com

El desequilibrio de Smith desestabilizó a los Knicks. Fuente: nba.com
- #9 Pablo Prigioni: sin prisa pero sin pausa, amparado en su capacidad de sacrificio y en su privilegiada comprensión del juego, el rookie más veterano de la historia de la liga trabajó para convencer a Woodson y ganarse un hueco en la rotación de los Knicks, para acabar en el quinteto titular ni más ni menos. Pieza clave en la velocidad y fluidez perimetral, además de atosigando a su par y en la sustracción de balones imposibles. El caudillo de la Pampa tiene ya el respeto de la mejor competición de baloncesto del planeta.
